Ácido Fólico en Perros
Usos, beneficios y administración

El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial tanto para los humanos como para los animales.
En los perros, esta vitamina hidrosoluble desempeña un papel crucial en diversas funciones biológicas.
En este artículo, veremos la importancia del ácido fólico en los perros, sus beneficios, las consecuencias de su deficiencia, y cómo se debe administrar correctamente, especialmente en perras embarazadas.
¿Qué es el Ácido Fólico?
El ácido fólico es una vitamina B hidrosoluble que, junto con otras vitaminas del complejo B, actúa como coenzima en numerosas reacciones metabólicas.
Una coenzima es una molécula que, en conjunto con una enzima, facilita reacciones bioquímicas específicas en el organismo.
En los perros, el ácido fólico es esencial para el metabolismo energético y la síntesis de tejidos.
Importancia del Ácido Fólico en Perros
El ácido fólico es indispensable para varias funciones vitales en los perros.
Es fundamental para el crecimiento y el mantenimiento celular, así como para la formación de células sanguíneas.
También, es necesario para la síntesis de ácidos nucleicos como el ADN y el ARN, y juega un papel crucial en el metabolismo de las proteínas, los procesos reproductivos y la formación de glóbulos rojos.
Se almacena en el hígado, pero se destruye diariamente a través del catabolismo celular, lo que hace que una ingesta continua y adecuada sea esencial para mantener la salud.
Deficiencia de Ácido Fólico en Perros
La deficiencia de ácido fólico puede tener graves consecuencias para la salud de los perros. Los síntomas incluyen:
📌 Anemia: Fatiga y debilidad debido a un bajo conteo de glóbulos rojos.
📌 Leucopenia: Disminución de glóbulos blancos, lo que aumenta la susceptibilidad a infecciones.
📌 Diarrea: Cambios en los patrones de evacuación.
📌 Glositis: Inflamación y enrojecimiento de la lengua.
📌 Palidez: Piel y mucosas pálidas
📌 Problemas respiratorios: Falta de aliento y mareos relacionados con la anemia
Las causas de deficiencia incluyen enfermedades renales crónicas, insuficiencia pancreática exocrina, ciertos medicamentos y enfermedades del intestino delgado que interfieren con la absorción de nutrientes.
Suplementación de Ácido Fólico
La suplementación con ácido fólico es a menudo necesaria en situaciones específicas, como durante la gestación o en casos de malabsorción.
Los efectos secundarios del ácido fólico son raros pero pueden incluir sarpullido, prurito, enrojecimiento de la piel y, en casos graves, dificultad para respirar.
Es crucial evitar la sobredosificación, ya que puede interferir con la absorción de otras vitaminas como la B12 y enmascarar deficiencias de esta última, lo que podría llevar a complicaciones neurológicas.
Ácido Fólico en Perras Embarazadas
El ácido fólico es particularmente importante para las perras embarazadas.
Ayuda en la formación del tubo neural de los cachorros y reduce el riesgo de defectos congénitos como el paladar hendido.
Es especialmente relevante en las primeras semanas de gestación.
Dosis y administración
La dosis recomendada de ácido fólico para perras embarazadas generalmente varía entre 0.1 a 0.5 mg por día, dependiendo de la raza, tamaño y etapa del embarazo.
Es vital que esta dosis sea determinada y supervisada por un veterinario.
Fuentes naturales
Además de los suplementos, se pueden incluir en la dieta alimentos ricos en ácido fólico, como hígado, verduras de hoja verde (espinacas, brócoli) y legumbres.
No obstante, siempre debe consultarse con un veterinario antes de introducir cualquier suplemento o cambio en la dieta.
Monitoreo y Ajuste de la Suplementación
El seguimiento veterinario es esencial para asegurar que la perra esté recibiendo la dosis adecuada de ácido fólico.
Un veterinario puede ajustar la suplementación según sea necesario y monitorizar la salud tanto de la madre como de los cachorros.
¿Es seguro administrar ácido fólico humano a perros?
No se recomienda la auto-suplencia con productos humanos debido a las diferentes necesidades nutricionales de los perros. Siempre consulta con un veterinario.